Amada

Llegué a quererte tanto,
que veía en cada cosa,
una perla, un zafiro, una estrella, una rosa,
de tu boca el encanto.

Y brotaba al recuerdo
de esos ratos felices,
bajo los cielos claros, bajo los cielos grises,
a mis ojos el llanto.

-Veracruz, Ver. 1944