Campeche

Tus bellezas pintó García Jurado
con mágicos pinceles de poeta,
y describió tu garza y tu venado,
la quema, el río, el tigre y la caleta.

Y tus mujeres, flores campechanas,
de dulce tono y voces sonajeras,
con su donaire y garbo soberanas,
como el grácil cimbrar de tus palmeras.

Pasean su hermosura por las calles
y amando a tus hombres y a tu suelo
lucen las esbelteces de sus tallos.

Mientras las nubes tejen sus encajes
en el azul marino de tu cielo
cambiante por eróticos celajes.

Tu laguna de Términos, planteada
por tus noches románticas de luna,
con su perla del Carmen, engarzada
en montura de palmeras, cuna

de nobles y perínclitos varones
y de mujeres de ancestral dulzura
que conversando al pie de sus balcones
hermosean las noches de frescura.

Fue tu palo de tinte, trasluernante
viajero que surcó mares y playas
llorando en su perdón de navegantes
los asaltos priáticos y fieros,
la estirpe señorial de tus murallas
y los vaivenes de tus cocoteros.

Recuerdo el botín de bucaneros
destaca su perfil
y en tu suelo bendito, cocoteros,
se mezclan con las cañas y el maíz.

En tu mar juguetea la mantarraya
y te da su riqueza el camarón
y en tierra te ennoblece la muralla
que pregona tu estirpe y tu blasón.

Hacia tu cielo miran los ramajes
de cedro y caobas enlazados
y salpican el sol de tus paisajes
en ágiles retozos, tus venados,
el color verde gris de tus follajes
y el culebrear de arroyos irisados.