Nosotros

Como la luna al aclarear el cielo,
figura sombras sobre el manto azul,
en mi cerebro obscuro se confunden
las sombras de los dos.

Ignoro si es idea de mi enfermo
cerebro, o si es verdad;
lo que sí sé de cierto es que no pueda
separarse jamás.

Mas luego que mis ojos te contemplan
notando dolorosos tu frialdad,
admiten el alma con inmenso llanto
la triste realidad.

Ignoro si es, tal vez, por la amargura
que mata lentamente el corazón
pero es entonces cuando sé de cierto
¡qué sólo sombras son!

Sé que es inútil proseguir la lucha
y que en vano alimento mi quimera,
sé que tu falsa dignidad es mucha
y que no ha de volver la primavera.