El reto

Conocí por su nombre a las estrellas
y pregunté una a una,
sobre tu amor el pensamiento de ellas
... pero no quiso contestar ninguna.

Y al mar, que de sima en lo profundo,
encierra mucho, extenso cementerio,
interrogué, con el dolor de un mundo,
sobre tu amor el trágico misterio.

Se encrespó el ponto en movimiento rudo
al preguntarlo si sabías amor;
mas a mi ruego permaneció mudo...
¡tampoco quiso contestarme el mar!

Acostumbrado a todos los rigores
de brisa suave y viento huracanado,
le pregunto de ti a las tempestades
y a la brisa, que a caso en el poblado
mundo, existe de todas las edades;
y suspendido de su ansiado acento,
creí saber entonces tus maldades
¡mas... no me pudo responder el viento!

E increpé a las nubes y a la tierra
por si ellas conocían tu amor secreto,
en desesperación que todo aferra;
y como obedeciendo obscuro veto,
con silencio que aterra,
ninguna de ellas contestó a mi reto.

Al cielo me volví desesperado,
a preguntarle con cristiano anhelo,
si acaso a mi cariño apasionado
correspondías con el mismo celo
o lo hundirías por siempre desolado,
¡Y... nunca quiso contestarme el cielo!

Ya para nunca volverá la calma,
perdí las ilusiones y la fe,
de una mujer, estoy seguro, el alma,
jamás conoceré.

-B.V. "Marmex", en la mar, 1946