Lo nuestro

Ya no sufro por ti; ya la tortura
por tu cariño inanimado y frío,
ha borrado su huella de amargura
y ha tranquilizado mi extravío.

Ya no sufro por ti, y en mi sombrío
horizonte interior han florecido,
como regadas por el llanto mío,
ilusiones de amor correspondido.

Ya me cansé de suplicarte, en vano
sacrifiqué mi orgullo, ya en tu pecho
no queda más que un corazón deshecho
incapaz de querer, cruel e inhumano.

Repartiré tu amor y quizá un día
logré olvidar que te adoré; no es mucho
lo que me queda por vivir y lucho
por vivir mucho menos todavía.

Ya lo nuestro pasó, como las cosas
que tiene que pasar, y en el lodo
quedó enterrado como queda todo;
ahora sólo hay fango sobre rosas.

-Valparaíso, Chile, 1945